Ella no era la chica que él siempre soñó. Él no era el chico que ella imaginó para ella. Ninguno de los dos eran un ejemplo a seguir, pero por algún azar del destino se volvieron perfectos el uno para el otro.
martes, 13 de agosto de 2013
Quién te quiere en pijama y despeinada, te merece en vestido y tacones. Fin!
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